lunes, 22 de abril de 2013

¿Sólo fútbol?


A veces, la gente me dice “no te pongas así, sólo es fútbol, desperdicias demasiado tiempo por cuatro tontos persiguiendo un balón...”
No lo entienden, son raros; algunos salimos temprano a la mañana y nos empeñamos a ganar al sol. En verano soportamos el calor y el sol sólo por disfrutar de 90 minutos de gloria y, en invierno nos tapamos, nos abrigamos, nos quejamos, nos enfriamos y resfriamos, dejamos que la lluvia nos empape la cara... y todo por esos 90 minutos de gloria.
Se recorren el campo... pasan rápido, serpentean faltas, balones y lesiones, se motivan, mejor dicho, se automotivan, para que al llegar al césped no decepcionen a esos 20000 de siempre... Miran hacia delante, miran sus pies, miran al rival y al cuero, huelen el viento que pasó por los pinos, la brisa que salió de los naranjos y el aliento de los que los apoyan siempre, gritando y coreando sus nombres, no lo
entienden.



Usan mil pares de botas, camisetas, y medias, las gastan, las regalan pero en el fondo son 11 aficionados más que buscan la victoria, emplean uñas y dientes para conseguirla aunque a veces se escape...
Se quejan del sol que los mata o de la lluvia que no los deja ver. El viento en contra, no corría ni una gota de aire, el calzado nuevo, el cumpleaños de la noche anterior, la copa de más, la llaga en el pie derecho de la costura de la media nueva, la rodilla que traiciona, el césped... y todo por “sólo fútbol” . Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, les dan punzadas en los costados... pero siguen.
A medida que avanzan en el partido los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las punzadas en el costado se repiten pero solo sea por saborear otra victoria más para el “sólo fútbol”.
Ellos no lo entienden...

Algunos de mis momentos de más orgullo han sido por “sólo futbol”. Han pasado horas y horas y mi única compañía ha sido “sólo fútbol”; algunos de mis momentos más tristes han sido provocados por “sólo futbol” y en esos días de oscuridad, el suave toque del balón me dio confianza y seguridad. No es “sólo fútbol”, es un conjunto de los sueños de miles de personas y de 11 adultos, que en el fondo siguen siendo 11 niños con la misma ilusión que al principio.
Así pues, la próxima vez que escuches decir la frase “sólo es futbol” sonríe, ellos no lo entienden...

Artículo de María Álvarez

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